Patriarcado y Liberación Queer

La liberación queer es la lucha contra la opresión que se manifiesta en la homofobia, el heterosexismo, la transfobia, y otras formas de dominación. Se entrecruza con otras formas de opresión, y manifiesta sus propias formas de opresión sistémica, cultural y personal. Respaldamos las luchas de queers de clase obrera, especialmente de la juventud LGBTQ, en su lucha por una sexualidad libre entre adultos que consienten; la libre expresión de género; un acceso igualitario y apropiado a la salud y otras instituciones sociales, así como otras luchas por el respeto. También respaldamos la oposición de los queers de clase trabajadora a la “asimilación queer”—que es una alianza de clases—y respaldamos la lucha por un movimiento autónomo que no sea coaptado por el estado, el capitalismo y las clases privilegiadas que intentan dominar el movimiento queer. Creemos que aquellos que aún aquellos que son privilegiados por el patriarcado son oprimidos por él y podrán liberarse al trabajar activamente en su contra, respaldando esos movimientos autónomos.

Rechazamos el patriarcado: el sistema de dominación masculina, heteronormatividad y opresión de género. Mediante nuestro rechazo del patriarcado también rechazamos el binarismo de género así como todo fundamento biológico o social para el sexismo. Las categorías de hombre y mujer son roles socialmente construidos que rechazamos porque su contexto histórico ha conducido a realidades materiales de opresión que definimos como heteronormatividad. Intentamos combatir el sexismo cuando toma formas económicas tanto como no-económicas, tales como los roles familiares, una cultura de la violación y los trabajos no pagados. Los sistemas de jerarquía reforzados por el capitalismo y el estado vuelven imposible la liberación de género, y por lo tanto vemos que las problemáticas patriarcales forman parte de un sistema mayor de opresión socio-económica, cuyo ejemplo más clásico son las mujeres, que sufren en el capitalismo al tener una “doble jornada laboral”. Ambas instituciones requieren una estricta adherencia a roles prescritos y la desigualdad dentro de esos roles, e incluyen normas establecidas de género, de conducta y sexuales.

Mediante esto cuestionamos la heteronormatividad y la asunción de expresiones estandarizadas de sexualidad y género, y apoyamos el libre desarrollo de la identidad y las relaciones de las personas. Tanto la opresión queer como la opresión contra las mujeres son parte del mismo sistema de dominación masculina, y como tal nos oponemos a la opresión de personas queer y trangéneros. Hacemos esto confrontando al patriarcado en los espacios de los movimientos sociales, defendiendo la salud reproductiva para todos los géneros.

Solidarizamos con las organizaciones autónomas de mujeres, que combaten su propia opresión, y creemos que es un área clave de la lucha anti-capitalista. La derrota del patriarcado es una victoria para las personas de clase trabajadora de todos los géneros y sexualidades (o sin género/sexualidad).