La historia del Quimbo: ¿represa o represión?

 

 

por Nutria (MAS)- 

La Represa del Quimbo, en el Huila, es uno de los proyectos más grandes de infraestructura que se adelantan en el país. Se espera que la hidroeléctrica comience a funcionar en 2014.

Sin embargo, del mismo tamaño del proyecto son las implicaciones ecológicas y sociales de esta mega obra. El peñón sobre el Río Magdalena abajo de la Jagua, el puente sobre la quebrada Yaguilga, la iglesia de San José de Belén, las labranzas de cacao de Río Loro, la historia de La Escalereta, el Poira, son algunos de los lugares que han existido desde siempre y que la represa amenaza con destruir.

Durante los últimos meses, la población local se ha organizado para defender sus derechos y su territorio y demandar a Emgesa-Endesa-Enel, la empresa constructora, el cumplimiento de su responsabilidad social y ambiental.

La región del Quimbo es rica en  biodiversidad endémica y fértil en tierras agrícolas. Durante los últimos meses se han denunciado daños ecológicosaumento del costo de vida local,  perjuicios psicológicos y  abusoscontra la comunidad., como la destrucción de las fuentes económicas de los pobladores de la zona.

Los ires y venires del proyecto de la Represa

Desde 2007, Emgesa ya estaba recorriendo el territorio alzando banderas de distintos colores para mostrar donde estarían las orillas del embalse,  repartiendo regalías a escuelas de la región e iniciando las mesas de concertación con las comunidades que serían afectadas, dirigidas por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y la gobernación del Departamento del Huila.

“El objetivo de estas mesas era proteger los derechos de los habitantes de las comunidades y llegar a unos acuerdos entre las comunidades y la empresa. Después de un tiempo sentimos que lo que se estaba socializando en esas mesas era un engaño, eran mentiras y el interés verdadero del Ministerio era recoger firmas como pruebas de que si había apoyo local, entonces nos salimos de ese proceso. Nos fuimos por otro lado, recibimos asesoría jurídica y de proceso y formamos la Asociación de Afectados por el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo –Asoquimbo, integrado por los habitantes de todas las comunidades que serían afectadas por el proyecto y donde todas las decisiones se toman por medio del consenso” explica Elsa Ardila, Presidenta de Asoquimbo. “Luchamos para defender nuestros derechos como afectados y los derechos del territorio”.

Desde entonces, hay una ola constante de declaracionesencuentrosartículosconciertos, teatro, documentales e informes internacionales de por qué este proyecto no se debe hacer y de por qué la propuesta alterna de crear una Reserva agro alimentaria campesina es una mejor opción para la región. En marzo y mayo de 2009 hubo  protestas en Neiva, y en diciembre pasado hubo bloqueos en Río Loro -El caso de esta mega obra tampoco escapó de ser mencionado en los cables de WikiLeaks.

A pesar de todo, en mayo del 2009 se otorgó la Licencia ambiental No. 150509 a Emgesa-Endesa-Enel, para construir la represa. Hasta ahora la licencia se ha modificado tres veces y la empresa ni siquiera ha cumplido con todas las obligaciones que tiene con el medio ambiente y la comunidades.

Una investigación de International Rivers sobre El Quimbo dice al respecto que hay un “desconocimiento de la normatividad ambiental y de procedimientos legales” y que el proyecto se ha “implementado con la omisión de la participación de los afectados”.

Ante esto, Sandra Chavarro Montero, del equipo de Dirección Técnica del Proyecto del Quimbo afirmó en marzo que “en el estudio de impacto ambiental se identificaron todos los impactos… y se planteó un plan de manejo ambiental para mitigar, compensar o controlar los impactos identificados”. Al preguntarle sobre la Reserva Forestal Protectora de la Amazonia, la resistencia local al proyecto, las frustraciones de los afectados o las irregularidades del proceso, Chavarro insistió una y otra vez en el apoyo del Estado diciendo que “Emgesa debe cumplir con el Plan de Manejo aprobado por el Ministerio y los demás requerimientos establecidos en la licencia ambiental”.

El 24 de febrero de este año, mientras el Presidente Santos y los medios de comunicación llegaron para poner la primera piedra de la obra, hubo un cabildo abierto contra la represa en el municipio de Gigante, Huila. Lasmovilizaciones continuaron en varias ciudades, seguidas por una audiencia publica en Bogotá contra los megaproyectos.

El 30 de marzo la Defensoría del Pueblo exigió la revocación de la licencia ambiental de Emgesa para el proyecto el Quimbo. Poco después Asoquimbo organizó una asamblea con más de 300 personas. “Queda claro que la Defensoría del Pueblo se opone a este proyecto, y que los acuerdos que la empresa tenía que cumplir con respecto al impacto ambiental y las recompensas de los propietarios y las personas que viven de las tierras no se han hecho,” dijo Miller Dussán, de Plataforma Sur de Organizaciones Sociales. “Desde ahora se suspende todo tipo de diálogo con Emgesa-Endesa-Enel. Seguimos firmes en que la zona de afectación necesita ser una reserva campesina agro alimentaria y mientras tanto hay interés de los campesinos, jornaleros y trabajadores de las fincas que ya han sido vendidas a Emgesa a tomarlas de vuelta para resolver su estatus productivo”. Pronto Asoquimbo convocará una mesa por los derechos de los afectados, con la participación de organismos internacionales como la ONU y la OEA.

Mientras tanto, la organización regional sigue creciendo y aumenta la participación de comunidades que cada vez adquieren más experiencia y conocimiento en su lucha por permanecer en sus tierras.

La idea de una Reserva campesina agro alimentaria es hoy un plan de vida para la región, tejido por medio de la participación directa de los habitantes afectados, es un proyecto eco-social generado desde las comunidades, desde su visión propia y sensible a sus necesidades.

Más allá del Quimbo

El Quimbo, en el Huila, es sólo una de las polémicas en las que está implicada Emgesa-Endesa-Enel. En 2008, en la sesión final del Tribunal Permanente de los Pueblos, Emgesa-Endesa (antes de ser adquirido por Enel) fue denunciada por violar los derechos laborales de sus trabajadores, infringir la seguridad industrial y por la destrucción ecológica de los Ríos Bogotá, Guarinó y otros.

Al sur en la Patagonia chilena, un lugar ecológico único, Endesa ha sido acusada de destruir lugares sagrados del Pueblo Mapuche y pretende construir más represas, a pesar del choque constante con las organizaciones locales que también luchan para defender su territorio -Hasta Andrea Echeverry aprovechó una tarima en Miami para rechazar las intervenciones ambientales y mineras del “primer mundo” en el “tercero”.

El Quimbo es un mega proyecto que dice ser verde, aun cuando su impacto ambiental y social ya deja entrever otra cosa. Este es solo uno de muchos mega proyectos energéticos para la extracción de los recursos naturales del continente. La historia del Quimbo se repite con muchos de estos mega proyectos energéticos. ¿Qué tan sostenible es el desarrollo si desde antes de iniciar la intervención ya saltan a la vista los conflictos locales? Falta el espacio para un debate nacional -o continental- para definir un verdadero desarrollo inclusivo con las comunidades de las regiones afectadas.

Este artículo fue publicado en La Silla Vacía