The following is a statement from the Americas Coordination / Coordinadora de las Américas, a joint project between Black Rose/Rosa Negra Anarchist Federation (U.S), Solidaridad (Chile), and Acción Socialista Libertaria (Argentina).
Español Abajo
The COVID-19 pandemic has exacerbated an already difficult situation for working class tenants everywhere especially affecting women and migrant communities. Over the last decade, neoliberal policies coupled with gentrification have turned affordable housing into a crisis, leaving many families houseless. Following several months of unemployment or underemployment, incomes are drying up and landlords are demanding their rent, pushing tenants to organize rent strikes through their tenants unions or associations. Some cities in response to public pressure have enacted temporary eviction bans. Others have simply suggested “guidelines” to landlords. The pandemic itself has forced most housing courts to close, whether they wanted to or not.
While the current crisis caught working people off-guard, the past five years of tenant organizing in cities large and small has proven invaluable in fighting back against evictions and the demands of landlords. Nevertheless, the pandemic has made the most common organizing tools — the mass meeting, the protest march, the in-person one-on-one conversation — largely unavailable. Video and phone calls have filled the gap, and groups are experimenting with car-based caravan rallies as well as hanging rent strike signs from their windows to show solidarity. But when evictions take place, often technically illegally, we’re not afraid to blockade those evictions and move people back in, if need be.
But the housing court closures and eviction bans won’t last. We are now in a relatively brief window of opportunity for us to build the organizational and social forces necessary to resist what will otherwise be a catastrophic tidal wave of evictions that would accelerate existing gentrification trends.
In Chile, a Latin American country with a high rate of 75% private debt in housing and with its own housing cataloged by the Chilean chamber of commerce as unreachable, the payments for rent is a fundamental link in the chain of the payments to capital. Not paying rent is a form of self-defense in this crisis.
In Argentina, the government has prohibited evictions and the rise of rent. Even though the price of the rent was stable, the capacity of families in this economic crisis has become unviable, placing them in ever higher debt to be able to afford daily life. At this moment, while mass evictions are not occurring it is clear that once those restrictions are removed, the struggle around housing will become a major effect of the coronavirus. Debt, evictions, homelessness, etc, will be a common theme of this social crisis. While always a part of everyday working peoples struggles, they will inevitably feel these struggles with more intensity.
We need to take advantage of these opportunities to both help renters stay in their homes and encourage them to fight for a world in which housing is free and available to all.
Rent strike! Huelga de arriendos!
Stop evictions! Basta de desalojos!
Abolish Rent. Social Housing For All.
Abolición de los alquileres! Socialización de la vivienda!
For resources on tenant and rent strike organizing see here.
Escoge comida en vez de alquiler!
La pandemia del COVID-19 ha causado que la situación de los inquilinos de la clase trabajadora sea cada vez más difícil, afectando aún más a las mujeres y los migrantes. Durante tiempos de políticas neoliberales conectadas a la gentrificación, han hecho que el costo al acceso a una vivienda justa, se haya convertido en una crisis, dejando a muchas familias desalojadas. El desempleo y el subempleo que afecta a lxs trabajadores, ha hecho que los ingresos se reduzcan cada vez más. A su vez, los arrendadores exigen el pago de sus rentas, haciendo que lxs inquilinxs en algunos sectores se organicen haciendo huelga de alquiler, asociaciones o sindicatos de alquileres. En algunas ciudades de Estados Unidos, por la presión popular, han congelado las órdenes de desalojo, otras han sugerido guías a los arrendadores. A su vez, la pandemia en sí misma ha obligado a la mayoría de los tribunales de vivienda a cerrar, quieran o no.
Mientras la pandemia tomó por sorpresa a la clase trabajadora, personas en sindicatos de vivienda que han estado organizadas por 5 años en ciudades grandes y/o pequeñas, han probado el gran valor de luchar en contra de los desalojos y han hecho demandas en contra de los arrendadores. Con la pandemia, la forma de organización como reuniones, protestas y la conversación de persona persona, es más difícil. Sin embargo, se han dado otras condiciones para organizarse como, video llamadas, y algunos grupos ha experimentado con caravanas de automóviles a modo de protesta, o colgando fuera de sus casas un letrero que dice “rent strike” (huelga de alquileres) como forma de solidaridad. Cuando empiecen los desalojos, que frecuentemente son ilegales, no tendremos miedo de bloquearlos y pondremos las personas de vuelta a sus hogares de ser necesario.
El cierre de los tribunales de vivienda y los desalojos no van a estar parados por siempre. Más bien debemos de aprovechar ese tiempo para organizarnos y crear las fuerzas sociales que resistan ya que de otra manera sería una catástrofe en la cual los desalojos en masa aceleraría las tendencias de gentrificación existentes.
En Chile, el país de Latinoamérica con mayor tasa de endeudamiento privado de los hogares que supera el 75% y con viviendas propias catalogadas por la misma Cámara Chilena de la Construcción como “inalcanzables” , el pago de arriendo de viviendas es un eslabón fundamental en la cadena de pagos del capital. No pagarlos se constituye como forma de autodefensa frente a la crisis del capital que nos quieren hacer pagar.
En Argentina durante la pandemia, el gobierno prohibió los desalojos y el aumento de los valores del alquiler. Si bien el precio del alquiler se mantuvo constante, la capacidad de pago de las familias en esta crisis económica se tornó inviable, llevando al endeudamiento a muchísimas de ellas para poder financiar su vida diaria. En estos momentos no se están produciendo desalojos de manera masiva, pero claramente una vez que se levante las restricciones de circulación por el coronavirus el eje vivienda pasará a ser un factor clave en la lucha cotidiana. Endeudamientos, desalojos, personas en situación de calle, etc, serán moneda corriente en la crisis social en la que estamos entrando. Volviendo a ser un tema clave en la lucha por la dignidad de la vida, como lo fue siempre, pero intensificándose en períodos de crisis abiertas.
Necesitamos aprovechar estas oportunidades para ayudar a los inquilinos a permanecer en sus hogares y alentarlos a luchar por un mundo en el que la vivienda sea gratuita y esté disponible para todxs lxs trabajadorxs.
Rent strike! Huelga de alquileres!
Stop evictions! Basta de desalojos!
Abolish Rent! Social Housing For All!
Abolición de los alquileres! Socialización de la vivienda!
For previous statements by the Americas Coordination / Coordinadora de las Américas, see “Our Lives Are Essential, Capitalism Is Not” and “Capitalism is the Pandemic: Another World is Possible.”